Esta semana se cumplieron exactamente cinco años del inicio de mi actual andadura profesional en el extranjero. Cinco años fuera de España, casi una sexta parte de mi vida. Después de esta etapa estudiando y trabajando en Polonia, más otro medio año en Noruega, estoy en condiciones de sacar algunas conclusiones sobre mi experiencia, que pueden ser útiles para otros expatriados.
Formo parte de ese numeroso grupo de jóvenes "milennials" que movidos/forzados por la galopante crisis en España, en algunos casos un cierto deseo de aventura y sus ambiciones profesionales, decidieron probar suerte en el extranjero.
En mi caso me convertí en expatriado directamente por relocalización, al recibir una oferta de empleo atractiva. En muchos casos, jóvenes profesionales o recién licenciados/graduados/doctorados hicieron las maletas, cogieron un avión y fueron a probar suerte, con resultados de todo tipo. Muchos de ellos eran aficionados a los viajes al extranjero antes de verse en esa tesitura de abandonar su país de forma permanente.
Viajar sin duda enriquece, culturiza, abre la mente, fortalece las habilidades sociales, ayuda a ser más organizado y un mejor planificador, pero está algo mitificado y sobrevalorado como algo que influye enormemente en el desarrollo personal. Algo que tengo que reconocer, aun siendo un viajero empedernido.
Yo veo más valioso para el desarrollo personal y profesional residir en el extranjero durante periodos de tiempo medios o largos. Adaptarse a otras formas de vivir y trabajar, aprender de otras formas de entender la vida, las relaciones humanas, el trabajo, la organización empresarial y la gestión del tiempo, apreciar más aspectos de la vida a los que en otras culturas se les da más importancia, son solo algunos de los múltiples beneficios de vivir y trabajar en otro país.
Pero que nadie se engañe. Vivir en el extranjero está lejos de ser un camino de rosas. Programas de televisión como "Españoles en el mundo" han generado una falsa imagen del joven expatriado/emigrante como alguien al que todo le ha salido muy bien; un triunfador, con una vida muy interesante y con pocas preocupaciones. Existirá tal expatriado pero no es el caso de la mayoría.
También los mismos expatriados somos culpables de generar esa falsa imagen, al compartir nuestras experiencias más positivas y ociosas a través de las redes sociales y no compartir todos los problemas, malos momentos y retos que nos hemos encontrado por el camino.
Ser expatriado/inmigrante no es fácil. Genera muchas frustraciones. Conlleva grandes esfuerzos. Y no sólo al principio de la experiencia, porque muchas situaciones difíciles aparecen con el tiempo. Buscar piso, resolver cuestiones burocráticas, solucionar problemas de salud, manejear cuestiones bancarias, hacer la declaración de la renta, intentar encontrar un mejor empleo, matricularse o pasar un proceso de selección para unos estudios. Por no hablar de crear y gestionar una empresa en el extranjero, ¡eso sí que tiene mérito!
En otro plano, las relaciones interculturales son muy interesantes, enriquecedoras y a menudo divertidas, pero no son fáciles: pueden generan enormes retos en el entorno profesional, así como en el personal. Los malentendidos y la falta de comprensión son frecuentes.
Por supuesto, hay países donde el esfuerzo necesario para salir adelante como expatriado es mayor que en otros. El idioma es aquí el elemento diferenciador. No entender el idioma local, tener dificultades para aprender el idioma local con rapidez, o no poder comunicarse en inglés como lingua franca con ciertos interlocutores puede generar mucho estrés, nervios, frustración y enormes pérdidas de tiempo.
Las circunstancias económicas de cada expatriado, tanto las de origen (enormemente influenciadas por la situación socioeconómica familiar) como las que aparecen en el lugar de destino, influyen también enormemente en la facilidad para poder afrontar los problemas que hay que superar para establecerse en el extranjero y salir adelante.
Falta añadir, aunque pueda parecer un tópico, que el clima del lugar de destino puede suponer también un gran reto. Vivir en latitudes más septentrionales implica inviernos más largos, más fríos, más oscuros y muchas menos horas de sol al año que en España.
Vivir en lugares con un clima depresivos durante gran parte del año tiene en realidad su lado positivo: en invierno te prestas más a la lectura y el estudio, y sobre todo, aprecias cada vez más el sol y el buen tiempo, que disfrutas cada vez con más intensidad cuando llega. Sales al aire libre mucho más y lo disfrutas mucho más de lo que harías en tu soleado país.
Apreciar el buen tiempo es algo que se puede aprender de los polacos. Así como formas de aprovechar al máximo los recursos económicos disponibles de una forma inteligente (herencia de todas las penurias que han pasado), el deseo de mejorar cada día, cómo saber tomar las críticas, una cultura del trabajo muy fuerte combinada con una cultura del ocio muy fuerte, cada cosa en su momento y de forma conciliada. Por no hablar de cómo comunicarse con otros con honestidad y de forma directa, para evitar problemas y malentendios. Puntualidad, sobra decirlo. Hospitalidad. Valorar, apreciar, celebrar la historia y tradiciones de tu país y región.
De los noruegos se puede aprender cómo construir relaciones laborales honestas basadas en la confianza, cómo tratar a todo el mundo de forma justa y a como valorar correctamente los méritos de un compañero de trabajo. Formas de organizar y planificar bien el trabajo. También cómo respetar el medio ambiente;y cómo apreciar y disfrutar de las actividades al aire libre durante todo el año.
Un expatriado también puede enseñar mucho a los locales con los que comparte horas de trabajo o tiempo libre. Un español, por ejemplo, puede enseñar mucho a un extranjero sobre hábitos saludables de vida, cocina variada, rica y sana, optimismo, afrontar la vida con alegría, tenacidad, vivir con pasión y la vida social en grupo entre muchas otras cosas. Sin embargo, un expatriado nunca debería tener una actitud de superioridad nacional y cultural, respecto al país de destino, como tampoco de inferioridad.
Cuando uno es expatriado es importante rodearse de gente local, así como de otros expatriados, con predisposición para ayudar, muchas veces esperando solo a cambio tu compañía. En mi opinión, las empresas deberían ofrecer también mucho apoyo y atención a sus empleados expatriados, y no tengo la impresión que así siempre sea.
Evidentemente, como más tiempo se pase con los lugareños más fácil será integrarse en el país de destino. No creo que sea malo pasar tiempo con otros expatriados, incluso de tu país, mientras no te aísles y te quedes encerrado en un gueto social. Allá donde fueres, haz lo que vieres tiene que ser tu estilo de vida cuando vives en el extranjero.
Tampoco hay que obviar que en algunos países los locales serán más proclives a tratarte bien, integrarte y considerarte un ciudadano de primera que en otros, Un español no tiene el mismo estatus social de partida en Polonia que en Alemania o en Noruega. Aspectos sociopolíticos pueden también influenciar notablemente tu experiencia como expatriado.
Aun con todo, ¿merece la pena vivir y trabajar en el extranjero durante un largo de tiempo? Sin duda. Uno aprende de otras formas de entender la vida, se convierte en otra persona, se encuentra a sí mismo y su camino y, afortunada o desgraciadamente, ya no es ni de un lugar ni de otro.
PD:
¿Como en España no se vive en ningún lugar? Verdad a medias. ¿Como en España no se trabaja tan mal, ni se come tan bien, ni se tiene tan buen clima y sanidad en ningún lugar? Puede ser.
Creo que los jóvenes expatriados españoles deberíamos intentar volver a nuestro país, y que nuestro país debería darnos motivos para volver. España no debería perder todo el potencial de sus profesionales (muchos de ellos brillantes científicos) en el extranjero. Creo que una de las claves, pasada por alto, del gran desarrollo de Polonia en la última década es el retorno de muchos polacos con fructíferas experiencias, conocimientos adquiridos e idiomas a su país de origen. Aunque siguen marchandóse muchos por motivos económicos.
A mi me gustaría ver a mi país dentro de una o dos décadas gestionado a nivel político, institucional, empresarial y universitario/investigativo por numerosos líderes de mi generación, que hayan sido expatriados durante largos periodos de tiempo y que no lo hayan tenido fácil.
Que si han obtenido becas para estudiar en prestigiosas universidades o si han logrado destacados puestos de trabajo ha sido gracias a su gran esfuerzo y habilidades, y no a los contactos o dinero de sus familares y conocidos.
Un soñador e ingenuo, lo sé. Nos vemos en España dentro de unos años, no sé cuantos exactamente.
Comentarios
Muchas gracias sinceramente
Mié, 11/05/2016 - 15:46 — roadrunnerMuchas gracias sinceramente Angel por compartir tu testimonio y tu experiencia. No me puedo sentir mas identificada ni estar mas de acuerdo. El camino del expatriado es agridulce, te fortalece y al mismo tiempo escuece no poder estar entre los tuyos. Gracias de nuevo por relatar de manera tan REALISTA nuestra realidad, el dia a dia de los expatriados que hemos llegado lejos gracias a nuestros esfuerzos, y esperamos con paciencia la oportunidad para poder volver.
Un saludo desde la vecina Dinamarca hasta la bella Noruega,
Marta
Me parece una buena reflexión
Mié, 11/05/2016 - 16:52 — SeilaMe parece una buena reflexión de alguien que valora los mas y los menos de irse fuera de España, me encanta saber que hay más que piensan en que en España es necesario un cambio, y que esperamos que sea a través del esfuerzo y la superación de personas que han tenido que irse fuera, pero que han luchado y superado los obstaculos que van teniendo en sus andaduras tan lejos de casa y de los suyos.
Soy una asturiana que hace 4 años analizó las opciones de irse fuera de España y por diversos motivos, elegi Chile como país de destino, en el cual siento que aprendi mucho, y trabaje y pelee por obtener el trabajo que hoy estoy tan orgullosa de poder desempeñar, y espero siga dándome tantas gratificaciones, despues del dinero, tiempo y esfuerzos invertidos en este recorrido.
Dos años y medio tarde en volver a mi Asturias querida y poder abrazar a mis familiares y amigos, Chile esta lejos, y el dinero al principio no alcanza, ademas de tramitar visas, y demás burocracia para poder asentarme en el país, hoy sé que todo ese recorrido, mereció la pena, y también se que es complicada mi vuelta a España.
Un fuerte abrazo a todos y cada uno de los que estamos fuera, somos la generación de la maleta en mano.
Felicidades Ángel, porque
Mié, 11/05/2016 - 21:11 — Javier BañulsFelicidades Ángel, porque para ser tan joven (no sé tu edad, pero si cinco años en el extranjero son casi 1/5 parte de tu vida, eres muy joven!) tienes una visión muy madura de lo que es vivir y trabajar fuera. Estoy de acuerdo contigo en que se puede aprender mucho estando fuera. Yo sigo en Polonia y es del todo cierto eso que dices que aquí se puede aprender a utilizar el tiempo bien, trabajar cuando hay que y divertirse cuando hay que, con puntualidad (un tema al principio difícil para nosotros, pero a la que te acostumbras, te das cuenta de sus infinitas ventajas). De todos modos, lo que más me llama la atención de Polonia es el deseo de mejorar cada día y, muy importante...¡cómo llevan el deseo a la práctica! además de lo de ser directos en el trabajo...a menudo los españoles -imagino que las culturas latinas en general- nos perdemos en un 'buen rollo' mal entendido que al final genera más mal rollo que una conversación a las claras en su momento. Y, last but not least ¡un horario de trabajo normal! Claro que tienen sus cosas mejorables (muchas) pero mediante el contacto o inmersión en esta cultura se pueden aprender buenas cosas.
Igualmente, de acuerdo con lo de que eso de que en España no se vive como en ningún sitio es muy matizable (yo lo matizaría en los mismísimos términos que tú jeje).
Con lo que coincido es en eso que se ha extendido en España de que los expatriados son unos pobrecitos exiliados, un talento enorme que DEBE volver a la tierra prometida....Bueno, que vuelvan si les conviene, si no, si les va mejor en otro sitio, no entiendo el porqué de la ansiedad a nivel público que existe en España con que "el talento" tiene que volver. El talento se tiene que formar (y fuera hay muy buenos sitios donde hacerlo) y, por lo demás, los mejores de los mejores normalmente se quedarán fuera, con crisis o sin crisis, porque en un mundo globalizado y competitivo, siempre tendrán más recursos profesionales fuera que en España. Quizá lo mismo aplica a los menos talentosos pero con el coraje de salir del país y si no, que se lo digan a los polacos, que tienen tres o cuatro millones de compatriotas fuera del país y no se ve ninguna ansiedad al respecto. Y no es una crítica, creo que es un hecho.
Bueno, que te vaya bien, pero creo que con esa madurez que demuestras te ira bien. Mucho. Saludos.
5 años acabo de cumplir yo
Mié, 11/05/2016 - 23:52 — Nauzet5 años acabo de cumplir yo también en Polonia y no podría estar más de acuerdo con tu artículo. Mis felicitaciones y ánimo.
Nosotros llevamos 6 años en
Mar, 17/05/2016 - 15:27 — RosaNosotros llevamos 6 años en Suiza y podría escribir un artículo parecido aunque le añadiría otros matices, de esos que como bien dices no salen en los programas de "Españoles por el mundo".
Coincido con Angel en la mayoría de lo expuesto.Enhorabuena por la síntesis de ideas. Sobre el debate de si se "debe" volver o no a España quiero dar mi punto de vista. Si bien es cierto que uno tiene total libertad de trabajar donde se encuentre más agusto y mejor reconocido, para el gobierno de España es una mala inversión que gente con talento nunca regrese. En mi caso que siempre he estudiado con becas del estado, el gobierno ha invertido en la educación y formación de muchos de nosotros, pero luego si nos vamos, son otros paises los que se benefician de esa formación. Si además sumamos el valor añadido que supone vivir y trabajar en el extranjero, los expatriados tenemos mucho que aportar al mercado laboral español con nuevas ideas y conceptos.
En conclusión me posiciono ante la idea de promocionar y favorecer la vuelta de aquellos que como yo tienen ganas de mejorar la situación en España. Ojalá alguien nos de esa oportunidad. Y los que no quieran volver también tienen derecho a permanecer en el exilio. Es una decisión muy personal y hay que hacer balance de muchas cosas...
Comparto gran parte de la
Dom, 21/05/2017 - 23:38 — LuisComparto gran parte de la idea del artículo, sobre todo en lo optimista de la gente que decide volver ya que por supuesto el bagaje con el que lo hacen es grande y rico y eso hace mucha falta en España.
Yo hecho de menos el sol, la buena comida y la actitud optimista en España, aunque después de casi 6 años en Berlín ya tengo esposa alemana y planes de familia. Esto ha ocurrido ya que las condiciones laborales para los que nos dedicamos al mundo de internet son excepcionales en Alemania. Berlín se está convirtiendo en el Silicon Valley de Europa y dudo mucho que jamás la cultura y el trato a los de mi rama sea igual en Madrid o Barcelona por poner ejemplos. Pobrablemente los ingenieros y científicos, y otros del mercado abundante en Alemania te dirán lo mismo.
Otros aspecto es el de la cultura de empresa. En los países nórdicos es de un nivel altísimo, a menudo con jerarquías planas donde tu jefe te habla de tú a tú, y si eres dedicado a tú profesión te premian y te cuidan. Además el estado se asegura de que los representantes de las empresas estén formados por un 40% de trabajadores. Cuando tienes hijos te tocan 190 EUR al mes más otra muchas ayudas del estado. Elternzeit, parental leave, es decir paternidad y maternidad son vistas con buenos ojos, y de hasta 6 o más meses de duración bien pagadas, creo que un 60% del salario al menos y además combinadas de distintas formas. Por mucho que se quiera volver, España está a años luz en este tipo de avaces socio-políticos y los cuatro que volvamos cambiaremos algo, pero el que vota al PP seguirá votando al PP, y el Real Madrid seguirá ocupando la mayor parte de las conversaciones de bar, y eso a mí personalmente me deprime. Después de haber probado las mieles recompensa del esfuerzo, te hace sentir tercermundista al observar estos comportamientos en España... Si bien hay muchísimas personas con dignidad y valor, y cada vez más y más, sería para mí ahora un shock cultural.
Puede que unos años, si el país cambia un poco más, y tengamos un nivel más normalizado de sociedad moderna, como se respira en Barcelona o Madrid pero a nivel nacional, sea muy interesante desarollarse profesionalmente en un país del que estar orgulloso todos los días.
Gracias por el articulo y
Mar, 06/03/2018 - 15:19 — MarilenGracias por el articulo y por las respuestas. Al leerlo me "reconforta" saber que estamos mas o menos todos en la misma linea.
De Polonia me quedaria tambien con lo "directos" que son, ccomo se dice en uno de los comentarios de mas arriba, y no solo directos sino "efectivos". Lo del trabajo al trabajo y con un horario normal, y luego pues a lo que toque, cada uno a su casa. Aunque hay matices pero en general es asi. Un poco rigidos para mi gusto , pero les ha funcionado. Se siguen yendo fuera por motivos economicos, igual que muchos de nosotros. Polonia es vista desde Escandinavia como un low cost country.
Vivo en un pais escandinavo desde hace un lustro. Las cosas estan cambiando muy deprisa aqui, no para mejor. Nadie ha comentado esto aun? Hablando con una colega de trabajo me comentaba que gana lo mismo hoy que hace 8 anios. Tuvo que cambiar de trabajo porque hubo una crisis y despidos en su anterior empresa. Tambien puedo decir que otros colegas han comentado lo mismo de forma informal durante los almuerzos por ejemplo.
La forma en la que se valora a un espaniol fuera de espania es efectivamente diferente. Donde yo vivo los empleadores son extremadamente conservadores por lo que emplearan a un local antes que a un extranjero , en igualdad de condiciones, e incluso prefieren al local aunque este peor formado o tenga menor experiencia. Ojo al dato. En casos de escasez de mano de obra optaran por lo que puedan contratar, al menor precio posible. Esto ocurre en todas partes.
Ventajas de estar aqui: mas vacaciones, mejores permisos, una relacion laboral diferente con el empleador. Un entorno menos agresivo. Enriquecimiento personal: puede que si. Definitivamente menos estres.
Oportunidades de desarrollo profesional en escandinavia... yo diria que las hay en Dinamarca. Noruega mas bien necesita del aporte de los expatriados para elevar el profesionalismo, aunque como en todas partes, con matices. Los noruegos son relajados en el trabajo, no se toman decisiones, nadie se moja ... al final las cosas salen adelante pero lleva en general mas tiempo , mas discusiones /debates. La responsabilidad se diluye. Hay que aprender a trabajar en esa incertidumbre y con personas que son por lo general poco directas.
Volver a Espania? Desde luego si hubiera una buena oportunidad y visos de que algo evolucione, como apuntan otros comentarios. No es solo que el sueldo merezca la pena, sino los horarios, la seguridad laboral y las ayudas o prestaciones socuales financiadas con impuestos, que en lugar de ir a la partida presupuestaria del ministerio de defensa , deberian ir a quien lo merece. Por otro lado en Espania la expectativa para un trabajador es , por lo general, que trabaje cuanto mas mejor y asi me ahorro contratar a otro. Yo soy ingeniero de formacion y he trabajado en Espania mas de 8 anios antes de emigrar. Despues he trabajado de ingeniero fuera, y es otro planteamiento. Realmente yo no veo que las "instituciones" espaniolas esten por la labor de hacer atractivo el retorno. Si uno retorna es porque le interesa y puede. Y si no retornamos mejor, porque traemos otra forma de trabajar, y otra mirada a la realidad de espania, que no les interesa que se "propague".
Una vez mas gracias por escribir vuestros comentarios.