Un país para volver: Hatu González trae su filosofía canina a España

12 Ago 2021
Raquel Martín
Conocemos mejor este proyecto de retorno emprendedor e innovador

Hatu González entrena y educa perros desde hace más de 25 años. Ha trabajado en España, Argentina, México y actualmente combina su empresa Der Packman, situada en Alemania, con la divulgación a través de cursos y conferencias. Su siguiente meta es abrir una sucursal de Der Packman en España, y para ello está preparando su retorno mediante el programa Un país para volver y la red Vuelve y Emprende.

"Desde pequeño tenía conexión con los perros. Poco a poco la fui profesionalizando y me di cuenta que en la línea que se maneja el entrenamiento canino, la educación canina o incluso los paseos de perros, la conexión no era muy natural, era a base de querer controlar al perro”, cuenta Hatu sobre los inicios de su carrera. Cuando llegó a Alemania observó, sorprendido, que a pesar de considerarlo un país puntero, se seguía usado la clásica metodología de la obediencia. “Entonces dije voy a empezar con mi propia filosofía de hacer las cosas. Fue así como he desarrollado esta manera de entender a los perros y he creado Der Packman", explica.

Ahora siente que es momento de trasladar esta nueva filosofía canina a España. “Seguir con esta riqueza cultural, aprendizaje y de trabajo en ambos países”, comenta. Quiere aplicar una forma de trabajo que “se basa en entender al perro, en intentar comunicarnos con ellos en otro nivel. En el mundo animal, en específico en el mundo canino, primero hay que dar, hay que poner el ejemplo antes demandar algo”, añade Hatu.

“Cuando ya tienes un negocio y un trabajo, la calidad de vida es lo que prima. Si en algún momento hay una posibilidad de trabajar en lo quieres donde tengas a tus amigos, familia, es la ilusión de todo el mundo”, dice Hatu. Una ilusión que está cumpliendo gracias al plan de retorno Un país para volver, el cual, afirma, “es una gran oportunidad, no solo para mí, para mucha gente.”

Su participación en Un país para volver

Hatu conoció el plan Un país para volver en la presentación que realizamos en Berlín en otoño de 2019. Un amigo emprendedor le invitó a acompañarle al evento. “La verdad es que fue gracioso. Cuando lo hablamos era poco creíble. Y al final dijimos ‘vamos ahí, un poquito de vino y jamón no nos va a venir mal´. Era poco creíble y afortunadamente no fue así, fue completamente diferente.” Comenta que se sintió “muy bien desde el primer minuto, muy sorprendido sobre todo, porque son cosas que no pasan. El factor humano que hay detrás que le da credibilidad.”

“Desde el principio me he sentido muy arropado, muy aconsejado por gente muy profesional  del equipo, en especial, mi coordinador Isaías”, afirma Hatu. Añade que un emprendedor debe conocer no solo de su negocio, también de administración, de logística y de otros sectores, pero no siempre es posible abarcarlo todo. “Esta es la parte que echaba yo en falta, alguien profesional que te diga dónde hacer las cosas, como hacer los trámites. Fue como una especie de oasis. Esta es la oportunidad que muchos estábamos esperando.”

Su mentor en Un país para volver, Isaías Cerro, describe a Hatu como alguien que “ama su profesión y ha innovado lo necesario para saber dónde posicionar su proyecto desde la cuenta propia, pero respetando todas las vertientes que lo hacen viable. Además ha sabido hacerlo manteniendo una visión de negocio muy útil y comercial.”

Mediante su experiencia multisectorial y multidisciplinar, los mediadores de Un país para volver, como Isaías, analizan profundamente las propuestas de emprendimiento. “Evaluamos cada uno de los proyectos que nos llegan en distintos bloques, localizando las etapas críticas, anticipando errores y haciendo que las etapas iniciales o medias sean lo más seguras posibles para convertir un proyecto que no existe en un proyecto que pueda contar con autonomía y estabilidad en el tiempo.” Explica Isaías, añadiendo que eso requiere un estudio inicial pero también un acompañamiento duradero. Un proyecto de emprendimiento o trasladar una empresa a otro país, como es el caso de Hatu, no se consigue rápidamente. Es un proceso largo, donde se deben tener en cuenta multitud de factores. Un país para volver asegura un acompañamiento durante todo el proceso, por lo que emprendedor y mediador tienen contacto durante meses, incluso años.

Para Hatu, que su proyecto fuese aceptado en Un país para volver fue “como caer en bandeja de plata. La parte complicada es que fueras seleccionado o no”, afirma. Y agrega que una vez seleccionado recibió con facilidad resolución de trámites y consultas. “Esto sería perder una oportunidad que muchísima gente desearía tener. Muchos salimos a emprender sin ninguna facilidad con tus propios medios y mínimo conocimiento, y aquí lo tienes todo hecho y listo para empezar a rodar. Eso ahorra mucho tiempo, dinero y esfuerzo”, añade.

Situación y retos actuales

Actualmente Hatu se encuentra en la mitad de su proceso de retorno. En momentos como este, de transición, considera que es esencial que la persona se rodee de una comunidad sólida en la que apoyarse. Hace un paralelismo con su trabajo, en el que introduce a perros desbalanceados a una manada con perros estables. “Lo meto en una pequeña sociedad y esto es sano para él. El 90% del trabajo, aunque esté vigilado por nosotros, lo hace mi manada. Cuando este perro encuentra su lugar en la manada todo empieza a cambiar”, afirma. “Nosotros somos grupos sociales, necesitamos rodearnos de personas que estén balanceadas y que nos pongan en balance. Cada uno busca esta manada conforme a su energía, como hacen los perros. Cada uno encuentra la energía dónde quiere estar”, añade.

En este sentido, considera importante el acompañamiento psicológico que ofrecemos desde Volvemos “Se pasan momentos complicados, sobre todo a la hora de relacionarte. Antes era muy tabú y está bien que se trate, porque se pueden prevenir muchas cosas y facilitar estos cambios de cultura y ayuda a la adaptación.”

Hatu ha querido recoger su filosofía de trabajo con los perros en un libro y un documental. Su idea es que ambas obras saliesen a la vez y una complementase a la otra, pero “con la pandemia no se podían hacer filmaciones fuera, entonces se paró todo esto a mitad del proceso”, cuenta. “Esto es parte de los emprendedores. Si esperamos a tener el semáforo en verde para cualquier proyecto nunca vamos a acabarlo. Entonces dije si el libro está listo vamos con él y cuando el documental esté listo también. Las situaciones ideales no existen en el emprendimiento, tú te las vas forjando”, reflexiona. Su libro, el ABC del Dogwalker, se encuentra a la venta en este enlace.